Ésta narración la presenté con el pseudónimo del blog (Izzy Four), y trata sobre cíborgs, que son humanos con chips inteligentes.
Ahora pensaréis, ¿de dónde saqué la idea? Pues la idea de esta narración la saqué de un artículo de una revista que trataba sobre eso, sobre cíborgs. Allí comentaban que dentro de unos años los humanos tendremos inteligencia artificial gracias a unos chips. Este artículo me hizo pensar: ¿qué pasaría si una adolescente que vive en un mundo controlado por esos chips tuviera que sobrevivir con su familia resistiéndose a ellos? Y a partir de ese día empecé a escribir esta narración.
Me gustaría comentar que me encanta escribir, y que lo hago cada rato que puedo. Llevo una historia/novela empezada desde hace casi un año y otra desde hace unos meses. Me encantan los temas fantásticos y futurísticos, pero que mezclen también un poco de amor, intriga y misterio.
Y después de toda esta charla, aquí tenéis mi narración, traducida del catalán al castellano para que la entendáis.
¡¡Espero que os guste!!
¡Y no olvidéis dejar un comentario!
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Futuro
Siento unos gritos aterradores y me
despierto. Es mi hermana, que seguramente vuelve a tener pesadillas.
Es una niña muy alta, tiene el pelo liso y negro, y unos grandes
ojos verdes, como yo. Me levanto de esta cama improvisada con paja y
voy a calmarla.
-¡Eh! Tranquila, que aquí estoy yo.
¿Qué te pasa?
Llorando, mi hermana contesta:
-Otra vez soñé que nos encontramos y
nos volvíamos como ellos. ¡Era horrible!
-Bueno, tranquila, no pasará nada. En
esta cueva estamos bien y no nos encontrarán nunca.
-Pero es que ... mira papá ...
-No nos pasará nada. Y ahora a dormir.
Me voy a mi cama para seguir durmiendo,
aunque no lo puedo hacer ya que sé por qué tiene esas pesadillas.
Hace cinco años que lo poco que queda de la humanidad nos estamos
ocultando del resto del mundo. Se pusieron de moda unos "chips"
que, si te los ponían en el cerebro, te prometían la inmortalidad,
la superinteligencia y no sufrir ninguna enfermedad. La gente empezó
a ponérselos y pasaron a ser cíborgs controlados para captar a la
humanidad y obligarlos a que se convirtieran. La tecnología
esclavizaba la gente. Nosotros nos dimos cuenta de lo que pasaba,
aunque era muy difícil, ya que los cíborgs tienen la apariencia de
un humano normal y corriente, sólo tienen una marca identificadora
en la palma de la mano. Nos escapamos de nuestra ciudad con un grupo
de gente que también había descubierto la verdad y nos refugiamos
en desiertos, bosques y otros lugares no habitados hasta ese momento,
ahora vivimos en una cueva subterránea y no demasiado grande que
hicimos adaptar para vivir junto a un bosque.
En una de las expediciones que hicimos
para buscar otro lugar seguro para ocultarnos, mi padre fue capturado
por los cíborgs. Esto afectó mucho a mi hermana pequeña, que le
adoraba. Ya lo damos por muerto, aunque seguramente se habrá
convertido en uno de ellos. Aunque recuerdo sus últimas palabras:
«Dejadme ir, iros fuera de aquí!»
En nuestras clases, la maestra de
nuestro grupo nos dijo que esto que ahora padecemos los humanos es
culpa de nuestros antepasados, que querían más de lo que ya tenían
y nunca se conformaban. Para ellos no era suficiente tener unos
buenos ordenadores, o un coche para viajar. Querían ser más
inteligentes, ver mejor y tener un ordenador que trabajara para ellos
mismos dentro de la cabeza. Y gracias a los que apostaron por esta
inteligencia artificial han hecho que el mundo tal como lo conocían
cambiara totalmente.
Ya por la mañana, vamos mi hermana y
yo a desayunar. Ella no ha dicho nada en todo el camino, algo muy
raro en ella. Siempre es tan habladora ...
Afuera de la cueva nos encontramos
todos reunidos en un círculo, todos sentados en el suelo. Intento
localizar mi madre, pero no está. Hace unos días que no la vemos.
Mi abuelo dice que está en la cueva de al lado, la reservada para
los enfermos. Seguramente está enferma, pero lo que más nos
preocupa es que no podemos ir a verla. Así lo ha mandado ella.
Nos sentamos en círculo. En medio hay
un hombre muy alto y joven, de unos veinte y cinco años
aproximadamente, que no sé cómo se llama ya que lo conozco de
vista. Empieza a hablar:
-Os informo de que después de
desayunar haremos una expedición todas las personas mayores de
quince años y menores de treinta que vivan aquí. Iremos a la ciudad
a buscar medicinas. Tenemos una integrante del grupo bastante enferma
y necesita las medicinas urgentemente, si no, morirá. Además
aprovecharemos para buscar comida y otros productos de primera
necesidad.
Sólo puedo decir que gracias a este
discurso me he dado cuenta de dos cosas: mi madre está gravemente
enferma y hoy arriesgaré mi vida por ella.
-No quiero que te vayas sola y me dejes
aquí.
-No me voy sola, voy con mucha gente
más. Y lo hacemos por mamá.
-Y si te cogen, como a papá? Y si no
puedes volver nunca más y me quedo sola porque mamá se muere?
-Lo tengo que hacer, no tengo otra
opción.
Tras desayunar me despido de mi hermana
y comienzo a caminar por el bosque con un grupo de veinte personas
aproximadamente. El hombre de antes empieza a hablar:
-La estrategia será la siguiente: nos
separaremos en grupos de cinco personas. De estos grupos, tres irán
hacia las farmacias y dos hacia los hospitales. En el hospital
entraremos por las puertas de atrás y nos colaremos en los
almacenes. En las farmacias aprovecharemos la hora de descanso para
entrar y coger lo que necesitamos: las pociones Fiebre, Picadura,
Inflamación, Herida, Roturación; vendas y otros materiales que
podáis conseguir. ¿Entendido?
Seguimos caminando y pasamos en grupos
de cinco (a mí me toca con gente de mi edad) por las puertas de
seguridad que dan entrada a la ciudad.
Llevo unos guantes puestos para que no se note nada que no soy un
cíborg pero, ¿por qué no se dan cuenta? ¿No eran tan listos y tan
perfectos?
Vamos caminando por las calles y me doy
cuenta de que nos están siguiendo.
-¡Chicos! ¡Nos están persiguiendo!
Debemos ir más rápido.
Todos me escuchan y empezamos a correr.
¿Como podremos salir de aquí? De repente aparece mi hermana. «Te
lo he dicho». Ahora tengo que pensar qué hacer. No quiero ser uno
de ellos, manipulados por unos ordenadores. Antes de eso preferiría
cien mil veces morir. Las figuras se acercan hacia nosotros. Corremos
más bien pero aparecen más figuras ante nosotros. Estamos
atrapados, sin escapatoria.
Nos consiguen atrapar y nos arrastran
hacia un edificio muy extraño: todo pintado de negro, sin ninguna
ventana y se alza más allá de las nubes. Entramos y nos damos
cuenta de que todas las paredes son transparentes y se escucha todo
lo que pasa en la calle. ¡Por eso nos han identificado! Nos llevan
hacia una habitación aparentemente vacía pero, de repente, aparece
un hombre que me parece familiar. Es mi padre.
-Hija mía! Sabía muy cierto que nos
volveríamos a encontrar. Ahora, al fin, estaremos juntos después de
cinco años. ¿Sabes? Siempre has sido mi hija preferida.
No contesto, ya no es él. Me intento
deshacer de las fuertes manos del ciborg que me sujeta, pero es
imposible.
-No te resistas, hijita mía. Cuanto
más fuerza malgastes, más dolorosa será la transformación.
Además, oponer resistencia al trasplante del chip es ilegal. Y vale
la pena. Mírame a mí, ahora soy el líder.
-No lo queremos.
El chico que habla saca un cuchillo y
lo clava en cíborg que la coge. Este cae al suelo con el cuchillo a
su lado, lleno de sangre. El el chico vuelve a coger el instrumento y
nos intenta ayudar a escapar pero entran más cíborgs, todos con
jeringas. Seguramente tienen el líquido que contiene el chip. Seguro
que ya tienen bien planteado nuestro futuro.
Un cíborg se acerca a mí y me clava la
jeringa en el cuello, la más grande que he visto en mi vida. El
líquido va entrando en mi cuerpo y se va por las venas.
Todo es oscuro.
Izzy :)